Scipino y Morgana,, son dos seres que se necesitan mutuamente, como en cualquier juego erótico. Explorar los confines de este y transgredirlos es su propósito último. En el trasfondo, la música de las esferas y la tradición de los arúspices son un eco que resuena en cada página.
La otomana se ha convertido en la favorita de muchos lectores de Potdevin. Encuentran en ella la apoteosis del erotismo: el erotismo como tema y argumento. Eros y tánatos es la oposición más radical del medio centenar de oposiciones que se pueden encontrar en el erotismo: y sin embargo, lo que separa la petite mort de la Gran Muerte, no es más que un delgadísimo hilo.