Veinte relatos que dan lugar a la manifestación erótica en su multiforme presencia: solapada, explícita, velada o sutilmente violenta cuando no cargada de un fino humor. Los relatos guardan la unidad en su temática: prohibición, deseo y transgresión se amalgaman para recrear las distintas posibilidades del relato erótico.
El talento de Potdevin como cuentista se revela plenamente en este libro. La crítica Luz Mary Giraldo, afirma: «Preciso, sugestivo, culto, delicado, propone una poética: la del arte que vuelve constantemente sobre sí mismo y apela a la permanencia, no solo desde el ejercicio erudito y evasivo, sino desde el gozo más profundo e intenso de los sentidos».