La más reciente novela del escritor Philip Potdevin, además de contarnos la historia de estos personajes nos narra, en su propia voz, la vida de un palabrero actual.
Dentro de la cultura wayúu existe un personaje al que denominan Putchipu’ui, es el encargado de mediar en los conflictos. Y lo hace con una única herramienta: su palabra. Así logra administrar justicia de acuerdo a una normativa preestablecida. Es un abogado básico.
Tal como los advocati o causadici y los iurisconsulti o iurisprudent del imperio romano, que contaban también con la misma herramienta: la palabra, y basaban sus exposiciones en un discurso que, con el paso de los años, se convirtió en una manifestación artística, la Oratoria, y cuya musa, entre los griegos, era Calíope, la de la bella voz, madre de Orfeo. El Putchipu’ui («Palabrero»), de los wayúu, realiza una función semejante al del orador romano. El pájaro Utta fue el primer palabrero entre los wayúu. El que organizó al pueblo y les dio una normativa para vivir en paz y armonía. Palabrero, es la más reciente novela del escritor Philip Potdevin. Además de contarnos la historia de estos personajes, de sus mitos, nos narra, en su propia voz, la vida de un palabrero actual, que además es abogado, graduado de la Universidad de La Guajira; parafraseando el epígrafe de la novela («Porque nosotros morimos dos veces…»), es dos veces abogado. Como héroe, no solo en el sentido literario sino mítico, tiene un nacimiento incierto; experimenta una iniciación en varios aspectos, que van desde sus estudios en la universidad y en las fuentes primigenias de su cultura ancestral, en las cumbres de la Sierra Nevada de Santa Marta, en el nacimiento del único río de La Guajira, el Ranchería, hasta una aprendizaje alborozado de los cantos del Valle de Upar, sin omitir la cuestión amorosa; luego la confrontación con un poder ominoso que esclaviza y tiene en ruinas a su pueblo, representado, en esta novela, con la presencia de una empresa alijuna (foránea), dedicada a la extracción del carbón. Lo anterior narrado en una forma ágil pero detallada, en una docena de capítulos, intercalada con algunos mitos de los wayúu, sobre el origen de los palabreros, y la narración de otro héroe desconocido pero histórico, Juan Jacinto. Un guajiro que durante la colonia emprendió una insurrección indígena contra el poder español. El autor recrea así, el itinerario, de un indígena, de una persona común y corriente, que se enfrenta a una multinacional, dedicada al extractivismo, esa modalidad de estas corporaciones para apoderarse de los recursos naturales de países, como el nuestro, donde prima más la codicia unos pocos, que el bienestar y futuro de toda una nación, como la wayúu, y que Potdevin expone sin caer en el panfleto.
Por: Mauricio Díaz Rosas