Jairo Andrade y Felipe García triunfan en Cuento y Poesía 2012
Dos escritores, jóvenes y a la vez maduros, uno valluno y otro caucano, ganaron los concursos de cuento y poesía del ya tradicional concurso organizado en Cúcuta por Ciro Pérez y la Asociación de Escritores de Norte de Santander.
El libro de cuentos de Jairo Andrade, Puntos de Fuga, cautivó al jurado de manera unánime. Diez cuentos de muy buen calibre, trabajados con esmero, calidad, sobriedad y mucho humor. Andrade tiene una gran capacidad para escribir narrativa al estilo ourobouros, la serpiente que se devora a si mima por la cola. Sus cuentos se nutren de la autorreferenciación, sus personajes hablan de sí mismos y se desvanecen en ellos mismos, como una muñeca rusa, como una caja china, dentro de la mejor tradición de Cortázar o Borges. Los títulos de varios de los cuentos apuntan directamente a esta técnica: Cuenta regresiva, Jardines paralelos, Una mano ajena, Efectos secundarios y el mismo cuento que da título al volumen, Puntos de fuga.
El libro está poblado de personajes extraños: albinos, zombies, tiranos venidos del pasado y alienígenas que provienen del futuro. A todos los une un gran común denominador: el desprendimiento de la realidad, la negación del aquí y el ahora, la incursión en el espejo, el nihilismo y la crítica ácida al Establecimiento... La unidad del libro de relatos está dada en sus temas comunes, en sus personajes que transitan libremente de uno a otro cuento, en los leitmotifs del personaje que se cuenta a si mismo, del personaje que se enfrenta a su autor y lo increpa, del personaje que no es él o ella sino el otro, la otra. Técnica, si bien no original, exigente como pocas para no caer en el lugar común, en lo gratuito, en lo predecible.
En ello se revela el oficio de Andrade, su vocación innata de cuentista, su capacidad de tomar la realidad y torcerla y retorcerla hasta el punto en que es imposible separar el sueño de la vigilia, la sobriedad de la ebriedad, la alucinación de la imaginación, un cuento del otro.
Al jurado, del que hice parte, junto a los escritores Octavio Escobar y Jaime Echeverri, le fue fácil tomar la decisión ante la calidad de la obra que se distanció sin dificultad, desde los primeros análisis , del resto de obras presentadas al concurso.
El autor, que dirige los talleres de cuento virtuales desde la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, entidad adscrita a la Secretaría de Cultura, Recreación y Deportes, recibe este espaldarazo del reconocido concurso Gaitán Durán y le abre las puertas para pisar el umbral de las grandes ligas de la literatura nacional. Le auguramos un magnífico periplo.
Por otro parte, el poeta caucano, Felipe García Quintero (1973) ganó el XIV Concurso Nacional de Poesía Eduardo Cote Lamus. García Quintero es un poeta maduro, sereno, callado y consagrado a su oficio. Ha publicado, entre otras obras Monólogos de Huespée (1995), Señales de tránsito (1997), Vida de nadie (2000), Piedra Vacía (2001) y La muerte, bis (2002). El pastor nocturno (2012). Actualmente es director de la Revista Ophelia.
El libro ganador, presentado por García Quintero se titula Terral. De él, dijo el jurado, integrado por el decano de la poesía colombiana Juan Manuel Roca, junto a Antonio María Flórez y Manuel Iván Urbina: "Aparte de señalar un tono personal dentro de varios registros a lo largo de los siete ciclos que confirman el libro "Terral", se pone de relieve un manejo justo del lenguaje, una búsqueda de esencias que desde una preocupación por la imagen logra una transparencia, unos usos de la palabra sencillos y despojados. En sus poemas el qué decir y el cómo hacerlo están estrechamente ligados, lo que sin duda lo hacen un libro no solamente notable entre los participantes del premio sino en el ámbito general de la reciente poesía colombiana.
Ambos libros serán publicados por los organizadores de los concursos y presentados en la Feria del Libro en Bogotá, en el mes de abril del 2013.
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