25 Haikus

Escrito por Philip Potdevin
Categoría: Mis publicaciones Creado: Lunes, 21 Agosto 2017 11:42

¿Por qué el tema de los haikus? Intento esbozar una respuesta: por esa época vivía lo que podría denominar el «período oriental». Escribía mi segunda novela, Mar de la tranquilidad que está atravesada por el pensamiento zen, así como por el tema cósmico de la precesión de los equinoccios y su influencia en los seres humanos. Las constelaciones de Perseo y Tauro representaban de algún modo el combate —también puede llamarse arte— milenario entre el astado y el hombre, una tradición que se remonta a Creta.

Por supuesto, también en esa época descubrí la poesía en sánscrito, así como la china, y en especial la japonesa (todas en magníficas traducciones o versiones, al inglés y al español; unas de Keneth Rexroth otras de Octavio Paz); conocí a Basho y muchos de los cultores de la lírica y la estética de Oriente. El Tao te King, el I Ching se habían aposentado desde hacía tiempo como libros de cabecera. La práctica del zen; así como la profundización en su pensamiento llegó como algo natural.
En estas épocas de la minificción, de los trinos en 140 caracteres, parecería no ser tan exótico reavivar al sintetismo de los haikus como forma de expresión; sin olvidar ni soslayar, eso sí, su forma, su contenido, su métrica. Los tres versos, en su estructura de cinco, siete y cinco silabas narran un tema por lo general de la naturaleza e intentan sorprender al lector con un final inesperado o vagamente intuido en tan breve recorrido. El haiku es una forma poética que a pesar de lo divulgada que está en Occidente en los últimos años, sigue siendo un hermoso ejercicio, no solo para jóvenes estudiantes en las escuelas, sino también en cualquier campo donde se ejercite la creación artística; incluso en algunos ambientes formales, y de excesivo racionalismo, como por ejemplo, en los entornos corporativos, se suele hoy día estimular a los fríos y racionales ejecutivos de empresas a desarrollar su intuición y su creatividad —lo que llaman el hemisferio derecho o también su «lado femenino» para, a través de los haikus, hacer aflorar la sensibilidad, la innovación y la conexión con el otro. Los 25 haikus que conforman esta pequeña colección, al ser revisitados casi dos decenios después de su composición, pueden sonar lejanos o tintados de cierto exotismo foráneo; pero a la vez, a lo que apuntan, creo yo, es a mantener viva esa tradición en la que los cultores originales siempre buscaban una forma del asombro: el delicado equilibrio entre métrica, brevedad, naturaleza y tensión.

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